Seguimos dándole al bebercio a base de cerveza Weizen, esta vez catando el producto nacional, de la mano de los cerveceros riojanos de Mateo & Bernabé and Friends.
Tengo que reconocer que soy un gran entusiasta de esta cervecera de Logroño, y qué decir que no hay nada mejor que darle a la birra y las tapitas por la Calle Laurel, pero para ser honesto, creo que ésta es su cerveza más floja. He probado sus cuatro cervezas principales -me faltan aún por probar su A Gorila y su B Cangrejo- y en mi opinión ésta es la que menos me ha gustado, y mira que me apasionan las cervezas Weizen.
De carbonatación muy abundante -a la vista está- espuma muy tupida y color dorado, lo primero que nos asalta al olfato es un intenso olor a cítricos, sigo esnifando espuma cual Maradona en versión birruna y consigo percibir un tenue olor a plátano. Pasamos a mi parte favorita: beer introduction. Directa al paladar.
Lo primero que sigue apareciendo es ese fuerte sabor a cítricos, que aporta un toque refrescante a la cerveza, pero que le mata todo el sabor a trigo y a pan, que en mi opinión debería ser muchísimo más intenso para el estilo que estamos tratando. Una pena porque en mi opinión ese punto ácido se carga la cerveza. No sé si sería esa la intención del maestro cervecero o el lote era defectuoso, pero a mí personalmente no me gustan las cervezas Weizen tan ácidas, las prefiero más sedosas y con toda la carga de malta -de cebada y trigo- bien presente, y si de paso le damos un toque con naranja y cilantro perfecto, pero para mí es importantísima la presencia del cereal, lo mismo opino con las cervezas India Pale Ale, lo he dicho varias veces en muchísimas reseñas. En cualquier caso, yo sigo confiando en esta gente y seguiré probando todas las novedades que vayan sacando. La 21 Mateo tiene una graduación de 5,0%.