Elaborada en las instalaciones de Lervig Aktiebryggeri en Stavanger, Noruega.
Una cerveza compleja y única. Intensísima y muy potente. No apta para paladares noveles. Parecida a un barley wine.
De aspecto es espesa, de color caramelo y traslúcida, de escasa carbonatación. De olor tenue a lúpulo. Primer sorbo espectacular. Un torbellino de caramelo, lúpulo y regaliz inundan la boca. Regaliz, sí, y no es una Imperial Stout. Tiene un punto tostadito y se aprecia bastante bien el sabor de las maltas, de cebada y avena.
Es muy destacable que pese a ser tan intensa y tener ¡14% de alcohol! todo es armónico y delicado. El punto de tueste es perceptible pero sin pasarse, la lupulización es intensa pero a la vez delicada, sin hacerse estridente, amargor justo, el punto de alcohol se nota pero está perfectamente integrado, nada que ver con las cervezas belgas que solo saben a alcohol y que están azucaradas a más no poder.
Normalmente las cervezas belgas de más de 10% las tengo que compartir o directamente no me las acabo. Esta IIPA es de trago largo, para disfrutarla con calma pero se la acaba uno perfectamente disfrutándola hasta el último sorbo. Mejora y se aprecian más los matices conforme se va calentando. Deja un sabor de boca agradable durante HORAS. Una vez más, para quitarse el sombrero, Sr. Borg.
Una cerveza compleja y única. Intensísima y muy potente. No apta para paladares noveles. Parecida a un barley wine.
De aspecto es espesa, de color caramelo y traslúcida, de escasa carbonatación. De olor tenue a lúpulo. Primer sorbo espectacular. Un torbellino de caramelo, lúpulo y regaliz inundan la boca. Regaliz, sí, y no es una Imperial Stout. Tiene un punto tostadito y se aprecia bastante bien el sabor de las maltas, de cebada y avena.
Es muy destacable que pese a ser tan intensa y tener ¡14% de alcohol! todo es armónico y delicado. El punto de tueste es perceptible pero sin pasarse, la lupulización es intensa pero a la vez delicada, sin hacerse estridente, amargor justo, el punto de alcohol se nota pero está perfectamente integrado, nada que ver con las cervezas belgas que solo saben a alcohol y que están azucaradas a más no poder.
Normalmente las cervezas belgas de más de 10% las tengo que compartir o directamente no me las acabo. Esta IIPA es de trago largo, para disfrutarla con calma pero se la acaba uno perfectamente disfrutándola hasta el último sorbo. Mejora y se aprecian más los matices conforme se va calentando. Deja un sabor de boca agradable durante HORAS. Una vez más, para quitarse el sombrero, Sr. Borg.
Sin duda una gran cerveza.
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