Hoy os traigo la NOMA Pontus, la cerveza que ha elaborado Mikkeller en colaboración con el NOMA de Copenhague, el que fuera en su día el mejor restaurante del mundo pero que actualmente está donde debe estar, en el segundo puesto, detrás del Celler de Can Roca, para los que Mikkeller también elaboró su cerveza y que gustosamente ya reseñamos en este blog.
La cerveza que hoy nos atañe es una Witbier elaborada con lúpulos Saaz y Tettnanger, avena y verbena. Cuando digo verbena me refiero a una planta, no es que se hayan ido a la verbena de la Paloma a elaborarla mientras bailan el chotis, aunque yo pagaría por ver a Mikkel Borg vestido de chulazo, con la cara de serio que tiene el hombre, y esos mofletazos, que dan ganas de darle un cachetico así: "plash, plash, plash -¡¡¡Mikkeeeel!!! soy tu hermano Jeppeee, ¡te voy a dar hasta en el carné de identidaaaaá!".
Bueno, centrémonos que me estoy yendo por los cerros de Úbeda y ya sufro de graves desvaríos. La insigne cerveza de la que nos ocupamos hoy está dedicada a Pontus Elofsson, sumiller del prestigioso restaurante. Desde luego nos encontramos ante una cerveza totalmente atípica, rara, a mí realmente me ha dejado descolocado, a cuadros, una cosa realmente desconcertante que puede agradar o resultar repugnante, pero no creo que deje indiferente a nadie, por lo menos es la impresión que a mí me da.
La cerveza que hoy nos atañe es una Witbier elaborada con lúpulos Saaz y Tettnanger, avena y verbena. Cuando digo verbena me refiero a una planta, no es que se hayan ido a la verbena de la Paloma a elaborarla mientras bailan el chotis, aunque yo pagaría por ver a Mikkel Borg vestido de chulazo, con la cara de serio que tiene el hombre, y esos mofletazos, que dan ganas de darle un cachetico así: "plash, plash, plash -¡¡¡Mikkeeeel!!! soy tu hermano Jeppeee, ¡te voy a dar hasta en el carné de identidaaaaá!".
Bueno, centrémonos que me estoy yendo por los cerros de Úbeda y ya sufro de graves desvaríos. La insigne cerveza de la que nos ocupamos hoy está dedicada a Pontus Elofsson, sumiller del prestigioso restaurante. Desde luego nos encontramos ante una cerveza totalmente atípica, rara, a mí realmente me ha dejado descolocado, a cuadros, una cosa realmente desconcertante que puede agradar o resultar repugnante, pero no creo que deje indiferente a nadie, por lo menos es la impresión que a mí me da.
De color dorado, un tanto pálida, con una burbuja muy fina, parecida a la del cava. Al olfato nos asalta un agradable aroma floral, con notas de golosina, parece perfume de mujer o de ambientador (no lo digo para nada en sentido peyorativo). En paladar la cosa cambia considerablemente. El primer trago me pareció horrible, un sabor fortísimo, como de detergente, lo primero que pensé fue "-Joder, que todavía me queda la botella entera, I'm fucked off", pero con lo que me había costado la broma me dije a mí mismo "-Esto me lo acabo yo por mis cojones toreros", así que me hice con el valor suficiente para darle un segundo trago y percatarme de que la cosa no era para tanto.
En los tragos posteriores iba apareciendo un sabor fuerte, como de vino añejo, con algo de madera y corcho, notas de alguna fruta que no he sabido identificar y para concluir un final muy seco y bastante fuerte. Mi incapacidad por dar con dicha fruta hizo que me picara la curiosidad y fuera degustándola más veces, provocando de este modo que fuesen avivando más matices en mi paladar y la experiencia se convirtiese en algo incluso diría yo adictivo. Finalmente la degustación ha resultado tan desconcertante, diferente e inesperada que solo por todo ese halo de misterio y sensaciones nuevas en general me ha resultado bastante grata y la he acabado gozando.
Supongo que por el precio de la botella alguno pensará que es demasiado cara y que no está la cosa como para gastarse la pasta en según qué inventos y jugar a la ruleta rusa, está usted en lo cierto, pero apuesto que no van a probar una cosa igual, eso sí se lo puedo garantizar. 5,0%, botella de 37,5 cl adquirida en 2D2Dspuma.
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