Guineu y La Quince vuelven a unir sus fuerzas -bajo el nombre de Rapaces Night Hunters- para elaborar la Unknown Pleasures, una nueva Imperial Stout poderosísima envejecida con virutas de madera licoreta al güisqui.
Hace un par de años lo petaron con la Vanilla Black Velvet y parece que le han pillado el gustillo a eso de las colaboraciones. Por nuestra parte solo tenemos que decir que bienvenidas sean, estamos encantados con este tipo de trabajo en equipo.
Bueno, ponte a los Joy Division y tómatelo con calma porque esta birra es para estarse un ratico en el sofá gozándola tranquilamente. Con los 10,4% de graduación no es como para bebérsela a cascoporro. La servimos y aparece un negro elixir más oscuro que el ojete de Wesley Snipes. Gasificación nula. Rien de rien. En boca es soberbia, muy intensa. Por un lado nos llega todo el sabor del torrefacto, y por otro toda la carga del whisky, muy presente, que le da ese toque licoreta al asunto, pero sin llegar a aburrir y sin tener la sensación de que te estás tomando un cubata de DYC. Las dos cosas bien intensas pero equilibradas entre ellas. Finalmente nos llega un final amarguete (75 IBUs) que acaba de redondear la birra. Me ha parecido una cerveza muy interesante. Comprada en La General de Begudes de Valldoreix, no recuerdo el precio.
Hace un par de años lo petaron con la Vanilla Black Velvet y parece que le han pillado el gustillo a eso de las colaboraciones. Por nuestra parte solo tenemos que decir que bienvenidas sean, estamos encantados con este tipo de trabajo en equipo.
Bueno, ponte a los Joy Division y tómatelo con calma porque esta birra es para estarse un ratico en el sofá gozándola tranquilamente. Con los 10,4% de graduación no es como para bebérsela a cascoporro. La servimos y aparece un negro elixir más oscuro que el ojete de Wesley Snipes. Gasificación nula. Rien de rien. En boca es soberbia, muy intensa. Por un lado nos llega todo el sabor del torrefacto, y por otro toda la carga del whisky, muy presente, que le da ese toque licoreta al asunto, pero sin llegar a aburrir y sin tener la sensación de que te estás tomando un cubata de DYC. Las dos cosas bien intensas pero equilibradas entre ellas. Finalmente nos llega un final amarguete (75 IBUs) que acaba de redondear la birra. Me ha parecido una cerveza muy interesante. Comprada en La General de Begudes de Valldoreix, no recuerdo el precio.
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