Siempre es una gran noticia tener a los Omnipollo de vuelta en el blog. Trayectoria y catálogo imponente de innumerables maravillas. El año pasado ya me dejaron loquito con la Hypnopompa, y este me han regalado esta Mazarin que reseño hoy y la Yellow Belly que abriré un día de estos, cuando tenga un poco de paz, relax y recogimiento espiritual para disfrutarla al máximo.
Se trata de una American Pale Ale de perfil muy cítrico, de color anaranjado claro y una buena corona de espuma blanca inmaculada como las cumbres de Kilimanjaro. La receta lleva malta de cebada, malta de trigo, harina de avena. No indica qué lupulos lleva.
En boca nos asalta todo un festival naranjil. Piel de naranja, pomelo, mandarina y con un final muy amargo bastante agradable. Es una cerveza que resulta muy refrescante y que anima a seguir bebiendo. Entra sola. Me alegra saber que los de Estocolmo dominan con maestría otros registros fuera de sus famosas Imperial Stouts. Riquísima. 5,6%.
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