¡Feliz 2018 a todos! Comenzamos el año brindando con la Santa's Little Helper -la ilustración de la etiqueta es muy cachonda, jojojo- de la cervecera danesa Mikkeller, que ha realizado una extensa serie de cervezas de Navidad de lo más variopinto.
La de hoy se trata de una Belgian Strong Dark Ale brutal elaborada en la que a la práctica viene siendo su sede europea: las instalaciones de De Proef en Bélgica.
La de hoy se trata de una Belgian Strong Dark Ale brutal elaborada en la que a la práctica viene siendo su sede europea: las instalaciones de De Proef en Bélgica.
Elaborada con azúcar moreno, corteza de naranja, semillas de cilantro y copos de trigo. Nada que envidiarle a las Belgian Strong Ales clásicas de toda la vida, es un birrote. Muy carbonatada, crea una tupida crema de color beis muy persistente. El color es pardo oscuro.
Al primer sorbo lo que destaca es un marcado sabor a regaliz. Sabor intenso a maltas tostadas, sabores dulces de caramelo y toffee. También encontramos un sabor de higos secos, ciruelas y uvas pasas. Es una cerveza muy licoreta, con sus 10,5% y el azúcar que lleva son los ingredientes perfectos para coger un buen cebollón. El alcohol se nota en boca y nos deja un calorcillo en la garganta agradable para la época que estamos. El cilantro y las especias no las he encontrado. La naranja si no me dicen que la lleva ni me entero, pero haciendo un ejercicio sensorial se acaba encontrando, muy tenue pero agradable, dulzona y refrescante. Es de ese tipo de cervezas que se disfrutan con la calma, poquito a poco y preferiblemente con los churumbeles durmiendo como marmotas. Me la regaló el equipo de A-Go-Go Terrassa en agradecimiento por la reseña que les hice este verano. ¡A su salud!
No hay comentarios:
Publicar un comentario