Omnipollo es una de esas cerveceras bizarras que suelen clavar la mayoría de sus recetas por muy lisérgicas y trasnochadas que sean. En alguna ocasión nuestros euros se han ido al peo, y el hecho de que sean cervezas especialmente caras los convierten en una especie de ruleta rusa de la birra. Te tomas 5 de soltar los lagrimones y una de suicidio total.
Si nos vamos a su gama clásica aquí si que no hay fallo posible. En numerosas ocasiones he manifestado mi poca conexión con las Imperial IPAs, pues bien, ésta es una de esas excepciones. Pero una excepción para pinchársela en vena y pasar toda la vida bebiendo solo eso. Brutal.
Fatamorgana es una obra de arte. Para esta receta los suecos han empleado avena y trigo y un doble dry hopping (no especifican los lúpulos). 8,0% perfectísimamente integrados, en ningún momento he tenido la sensación de estar bebiéndome una DIPA, sí una IPA espectacular y que te deja con ganas de mucho más.
De color albaricoque, con bastante turbidez y una cantidad considerable de espuma. Al olfato ya nos vaticina lo que nos vamos a encontrar: una sobredosis lupulil de fruta tropical. En boca es espectacular y te entran ganas de llevarte la botella al cementerio para hacer resucitar a los muertos. Muchísima fruta tropical: mango y fruta de la pasión. Los cítricos también tienen una buena parte de protagonismo, con sabores que nos recuerdan a la naranja y la mandarina, y finalmente un toque suave de fruta de hueso que acaba de petarlo como traca final. Por favor, que se dejen de colaboraciones con según qué cerveceras de renombre del otro lado del charco. Personalmente creo que sus cervezas en solitario son una brutalidad, no les hace falta nada más. Comprada en A-Go-Go de Terrassa por 7,15€, como para que no esté buena.
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