16 de julio de 2018

Caravelle - Barcelona


El veranito. Esa época del año de la que dispongo de una semana, una sola, con todos los niños enchufaos en el casal y donde puedo -de 9:00 a 17:00- hacer lo que me dé la gana e irme a donde me salga del hotdog. Tenía todo el mapa de Barcelona lleno de pins de sitios birrunos aún por visitar, así que después de estar babeando con las fotos de sus platos a través de Instagram decidí acercarme un día a comer al Caravelle.


A ravalear un rato muchacho. Aproveché la mañana para realizar unas compras y darme una vuelta por el centro, y a eso de la una menos cuarto me fui bajando hacia el barrio del Raval. Había que comer prontico para luego recoger a los chikis. Bajando Las Ramblas a mano derecha pasamos por la Calle Pintor Fortuny, que es de las más agradables del barrio, muy luminosa y con una distribución que nos recuerda a un mini ensanche dentro de tan pintoresco barrio.

El leitmotiv de la visita fue -como siempre- las birras. Pero, de sitios cerveceros en Barcelona hay muchos ¿por qué elegiste éste en concreto Javier? -joder, ya desvarío, hablando conmigo mismo- pues lo elegí porque elaboran sus propias cervezas, y eso para mí es un plus. Si además todo esto lo podemos maridar con un plato en condiciones, y no con un triste plato de quicos, pues es un potente aliciente.

Mi idea es visitar todos los brewpubs de Barcelona -algún día lo conseguiré- y probar su producto bien fresco. Es imperativo. Sé que me quedan todavía algunos -y además muy conocidos- todo se andará. Como decimos aquí, mica en mica s'omple la pica. El primer pin que coloqué en nuestro Mapa Birruno fue el de La Bona Pinta y mirad ahora cómo tengo el mapa, que da gloria verlo. Así que nada, paseando tranquilamente por Pintor Fortuny una calurosa mañana de julio. Antes paso por delante del Hotel Le Meridien pero no, no hay suerte, no me encuentro con Eddie Vedder para hacerme con él un selfie.

Por fin llego al Caravelle y consigo una pequeña mesa para dos en un rinconcito, donde planto el trípode y me pongo a fotografiar el interior. Su decoración es luminosa y agradable. Un divertido suelo de baldosa puesto a la gornú. Mesas de madera que aportan calidez. La zona de la barra, donde podemos apostarnos y pedir pintas y pintas de nuestro amado néctar y finalmente un pequeño biergarten que da a la calle -y por donde corría más el aire- que era seguramente el mejor sitio, ya que hacía muchísimo calor, además tienes la distracción del trasiego de la calle. Calle por cierto infestada de turistas, y por ende, el Caravelle también. El local hasta la bandera de guiris hasta el punto de que creo que yo era, no ya el único catalán allí, sino el único español. Tanto gentío con ganas de juerga conformaba un ambiente muy bullicioso -y ruidoso- donde la música tampoco ayudaba a tener un poquito de paz espiritual y birrunal.

Pido la carta y mientras decido qué me voy a pedir cae la primera birra. La oferta gastronómica es muy apetecible. De 10:00 a 16:00 se puede disfrutar de un brunch a base de huevos escalfados, huevos turcos, pudding de chía, french toast, huevos rancheros... huevos de todas las maneras posibles.

A partir de la 13:00 sirven platos más contundentes a base de ensaladas, hamburguesas, falafels de ricotta y quinoa, schnitzels de pollo (pollo empanao de toda la vida) y bols de poke hawaiano con salmón, aguacate, edamame, rábano encurtido y boniato crujiente, que es lo que me pedí yo y podéis apreciar en la fotografía. Estaba brutal.

Para regar el ágape cuentan con gran variedad de bebidas. Sirven sus cervezas artesanales hechas allí mismo. Cuentan con 6 grifos, alguno de ellos de alguna cerveza local invitada, pero la mayoría son las del Caravelle. Además de las cervezas cuentan con variedad de cócteles -Bloody Mary, spritz, sangría de saúco, mimosa, mother's helper- refrescos caseros, zumos de frutas, chocolates, gran variedad de tés y sobre todo muy buen café. Esto para mí es un añadido. Que te puedas tomar unas buenas birrazas hechas allí mismo, maridarlas con un plato a la altura y finalizar la comida sin que te la arruine un café pésimo, para mí son los tres pilares de mis salidas birrunas. El café es del tostadero Barcelona Right Side, y lo sirven de muchísimas formas. Yo me pedí el espresso de toda la vida -sin azúcar- y lo disfruté muchísimo. Corto pero intenso.

Una vez pago la cuenta y me despido de sus amables camareros decido entrar improvisadamente en su nanobrewery -se puede ver desde la misma calle- y me meto directamente en la cocina. Allí me encuentro con Zig, su maestro cervecero. Es un australiano afincado en Barcelona que es un apasionado de la cerveza artesanal. Tras asesorarse por el equipo de Art Cervesers vio viable el hecho de montarse su propia nanobrewery en el restaurante.

Son amantes del lúpulo y sus cervezas suelen ser American Pale Ales, India Pale Ales, Session IPAs y New England IPAs, pero también cuentan con una Lager -supongo que para satisfacer al público menos familiarizado y temeroso de adentrarse en terreno lupulil- y también se han atrevido con una Sour ¡ole tú!. Elaboran dos veces por semana y tienen siempre pinchado el género fresquísimo. Actualmente están realizando pruebas para enlatar sus cervezas y en pocos días seguramente ya estarán circulando por Barcelona. Durante mi visita pude probar tres de sus variedades y efectivamente estaban riquísimas, con el añadido de que están fresquísimas, sin problemas de almacenamiento ni de cambios de temperaturas. Del fermentador al grifo. La verdad es que fue una conversación muy agradable y les deseo que tengan gran éxito con su proyecto cervecero, de momento ya cuentan con su correspondiente pin en nuestro Mapa Birruno.

Balance de daños:

-Caravelle - Galactic Pale Ale. Empecé probando su American Pale Ale elaborada con los lúpulos Galaxy y Ella. Muy sabrosa, floral, un toque cítrico suave y muy herbácea con un punto afrutado muy agradable. Me recordó mucho a las West Coast americanas. Me resultó muy refrescante y con un amargor final perfecto. 5,4%.

-Caravelle - Electric Relaxing. Como no quería perderme la novedad de sus cervezas enlatadas pedí una de ellas aún a sabiendas de que estaban aún en fase de pruebas y de que no habían conseguido el resultado que pretendían. A mí me pareció que estaba genial. Ésta en concreto es una Wheat Ale para beber a litros. Muy ligera de trago, con sabores cítricos que aportan mucho frescor pero donde lo que predomina son los sabores herbáceos. Muy rica.

-Caravelle - Royal Milkshake. Antes de irme la camaera que me atendió me ofreció probar algún otro grifo. Me decanté por su New England IPA. Me pareció bestial. Muy sabrosa, afrutada y repleta de matices tropicales. Con cierta turbidez característica del estilo y muy, muy bebestible. 6,3%.

Caravelle                         Pintor Fortuny 31, Barcelona                             www.caravelle.es                          info@caravelle.es                    93  317  98  92

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