Hace exactamente dos años publiqué la entrada sobre nuestra visita a las instalaciones de De Molen en Bodegraven (Países Bajos). Fueron unas vacaciones maravillosas. Durante aquella visita compré algunas botellas. Colin Hoeffnagel -el chico que nos hizo de guía y que nos las vendió- nos dijo que ésta era una cerveza brutal, pero que lo sería aún más si la guardábamos durante dos años. Y así lo hicimos. Ha estado durante dos añazos en nuestro trastero -creo que en condiciones óptimas- resguardada completamente de la luz y de cambios bruscos de temperatura.
La cerveza en cuestión es la Hel & Verdoemenis Bourbon Barrel Aged de 2016. Es una Imperial Stout elaborada con las maltas Pils, Caramel, Chocolate, Roasted y Brown. Los lúpulos empleados son el Saaz y el Columbus. No indica el tiempo que estuvo en barrica. El truco para no haber caído en la tentación de bebérmela antes ha sido tener siempre la nevera repletita de joyazas. Las reseñas desde entonces dan fe de ello.
La servimos en vaso -en casa de la abuela de mi mujer este es el glassware disponible, qué la vamos a hacer- y surge un petrolaco de los guapos, muy densa y sin prácticamente carbonatación. Al olfato cafetazo y aromas tostados. En boca tiene muchísimo cuerpo. Muy sabrosa, con todo el saborazo del café y algo de regaliz. El sabor del bourbon está ahí, se percibe, pero no le quita nada de protagonismo al sabor de la magnífica Imperial Stout, en ningún momento tienes la sensación de estar bebiéndote un cubata de birra. Aporta la riqueza justa y necesaria al conjunto, ni más ni menos. Es una cerveza muy golosa y aún teniéndola que beber con mucha calma nos va invitando a continuar disfrutándola, sorbito a sorbito durante un tiempo prolongado. Los 11,0% gradacos no afectan en el sabor pero sí nos acaban toñando un poco. Finalmente nos ha dejado en el fondo del vaso una especie de grumitos gelatinosos que no sé a qué son debidos. En general es un birrote brutal. Un lujazo por 5,25€.
La servimos en vaso -en casa de la abuela de mi mujer este es el glassware disponible, qué la vamos a hacer- y surge un petrolaco de los guapos, muy densa y sin prácticamente carbonatación. Al olfato cafetazo y aromas tostados. En boca tiene muchísimo cuerpo. Muy sabrosa, con todo el saborazo del café y algo de regaliz. El sabor del bourbon está ahí, se percibe, pero no le quita nada de protagonismo al sabor de la magnífica Imperial Stout, en ningún momento tienes la sensación de estar bebiéndote un cubata de birra. Aporta la riqueza justa y necesaria al conjunto, ni más ni menos. Es una cerveza muy golosa y aún teniéndola que beber con mucha calma nos va invitando a continuar disfrutándola, sorbito a sorbito durante un tiempo prolongado. Los 11,0% gradacos no afectan en el sabor pero sí nos acaban toñando un poco. Finalmente nos ha dejado en el fondo del vaso una especie de grumitos gelatinosos que no sé a qué son debidos. En general es un birrote brutal. Un lujazo por 5,25€.
Buenas
ResponderEliminarSiempre he visto las cervezas de De Molen, y desde siempre me ha llamado la atención la etiqueta estilo documento de word, y siempre he acabado bebiendo o comprando otra cosas. Nunca me entenderé!
Salut!
¡Pues están tremendas! Tienen grandes clasicazos de todos los estilos, pero un repertorio en el que van añadiendo novedades constantemente que no te lo acabarías en la vida. Creo que salvo la cerveza que hicieron con wasabi todo está cum laude. ¡Un saludo!
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