Día 12 de confinamiento. Suerte que tenía en la nevera un número decente de birras craft para hacer la reclusión más llevadera. Si os habéis quedado sin birra craft os recuerdo que hay gran número de cerveceras y tiendas online que os traen la compra a casa. Que no sea por falta de birra.
Antes de que toda esta mierda empezase, me compré una buena remesita de Omnipollo en la General de Begudes de Valldoreix. No me compré todo el surtido que tenían, pero la selección fue bastante amplia. Entre las seleccionadas de la cervecera sueca una fue su Kokopelli, que cayó en la cesta tal y como leí en el reverso de la lata American Pale Ale elaborada con los lúpulos Citra y Mosaic. Pa la saca. Qué recuerdos me trae de esas tardes paseando por Södermalm hace dos veranos. Sobre todo cuando uno está encerrado en casa esos recuerdos se vuelven mucho más intensos. Lagrimita.
La sirvo en vaso shaker, genera un color entre dorado y amarillento un tanto velado. La carbonatación es abundante y genera una gruesa capa de espuma blanca que desaparece rápidamente. Al olfato todo cítricos. En boca es una cerveza muy ligera, con copo cuerpo y que entra con facilidad. Un tanto ácida -en un principio me ha tirado un poco para atrás- con los cítricos predominando por encima de todo. Sabores que nos recuerdan a la lima, el limón, la mandarina y sobre todo a la corteza de cítricos. Mejora conforme se calienta. Bastante refrescante y muy crushable. 5,5%. Comprada refrigerada. Me costó 3,30€.
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