17 de abril de 2020

In De Verzekering Tegen De Grote Dorst - Eizeringen


Uno ve año tras año con cierta sorpresa y estupefacción los resultados que arrojan los premios Ratebeer Best. Especialmente en estos tres últimos me llamaba mucho la atención el top 10 de las mejores cervecerías del mundo, no ya por el hecho de que hubiesen desbancado del trono al BierCaB o al Akkurat, sino porque quien lo había hecho era un pequeño pub de Eizeringen. Eizeringen, ¿dónde está eso? Consulto en Google Maps, esto está cerca de Bruselas y el pub en cuestión tiene un nombre peculiar: In De Verzekering Tegen De Grote Dorst. Ay mi madre, me va a costar aprendérmelo de memoria. Vuelvo a recurrir a Google, solo abren los domingos. Fantaseo con la idea de llegar hasta allí, pero no tardan en asaltarme visiones apocalípticas con mis tres hijos en un autobús de línea buscando la cervecería en cuestión. El hecho de que solo abran los domingos también limita mucho el poder visitarlo en caso de una escapada de fin de semana. Uno se resigna, cierra Google, suspira y piensa que bueno, que todo no puede ser en esta vida, al menos tengo la suerte de vivir en Barcelona y de poder disfrutar de un escenario cervecero brutal, así que no te quejes Javier, todo llegará. Y llegó. El día de Navidad del pasado año uno de mis regalos era un vuelo de ida y vuelta para visitar la capital belga con un amigo, sin niños, de sábado a martes. Vuelvo a poner a la mejor cervecería del mundo en mi punto de mira. Nos vamos a In De Verzekering Tegen De Grote Dorst.

El 1 de marzo -ajenos del todo a cómo íbamos a acabar el mes- nos levantamos con cierto nerviosismo porque sabíamos que aquel día era nuestra única oportunidad. Desayunamos y fuimos a recorrer el centro de la capital belga (reconozco que aún no la conocía,  y no precisamente por falta de ganas). Antiguamente, en el pub en cuestión, solo abrían de 10:00 a 16:00, pero actualmente han ampliado el horario hasta las 20:00. Especulamos con la idea de llegar allí a las 10:00 para asegurarnos una mesa, pero a esa hora mi cuerpo no está para Lambics, así que finalmente acordamos partir hacia allá después de comer y que sea lo que Dios quiera, si hay que esperarse para coger mesa pues se espera lo que haga falta. Para llegar hasta allí lo mejor es ir en coche. En el vuestro propio, en uno de alquiler o en un Uber. Nosotros nos embarcamos en la odisea de llegar allí en transporte público. A Eizeringen solo llega el autobús 128, no hay ningún otro medio más. Se puede coger en una parada que hay al lado de la plaza de la bolsa, en pleno centro de Bruselas. Tras media hora esperando en la parada del bus nos dimos cuenta de que ¡bingo!, ¡la ley de Murphy! El centro de la ciudad estaba en obras y habían modificado la ruta. Es una de las razones por las que odio el bus. Nos vimos obligados a coger el metro para llegar hasta la estación Gare de l'Ouest, en Molenbeek, donde hay otra parada del 128. Allí cogimos el autobús sin problemas. El billete cuesta 3€ por trayecto (6 en total si quieres volver) y conviene llevar calderilla para pagar, ya que no cogen billetes de más de 20 ni se puede pagar con tarjeta. Os aviso porque casi tenemos un disgusto a la vuelta. El abono para el metro de Bruselas ciudad tampoco os va a servir allí. El trayecto se realiza en línea recta por una carretera durante unos 36 minutos, y conviene avisar al conductor para que os indique cuando bajar.

Por fin llegamos a Eizeringen. La parada está cercana a un cruce de carreteras. Allí hay un almacén y un par de negocios que obviamente están cerrados por el hecho de ser domingo. Eizeringen es un bonito pueblo en medio de la campiña belga. Es muy tranquilo, con unas casas con cuidados jardines realmente preciosas, allí reina la tranquilidad. Para llegar a la cervecería hay que tirar de Google Maps, o en caso de establecer contacto visual con el campanario, ir en esa dirección. El paseo es muy agradable. En nuestro caso no nos cruzamos con nadie ni a la ida ni a la vuelta, es un lugar que transmite mucha paz. No se tarda mucho en recorrer el camino, cinco minutos a lo sumo. Finalmente llegamos al último repechillo que nos conduce hasta la plaza de la iglesia donde se ubica el In De Verzekering Tegen De Grote Dorst ¡Por fin hemos llegado! ¡Lo conseguimos! Aquello que nos parecía tan remoto lo tenemos justo delante. Tras sus puertas nos espera la mejor cervecería del mundo. ¡Vamos allá!

Tras cruzar la puerta se confirman nuestros temores: no hay ninguna mesa libre. Son las 15:50 de la tarde y aquello está bastante lleno. Al menos se está calentito, la temperatura es agradable e invita a quedarse dentro con unas cervecitas. El local no es demasiado grande, pero el ambiente es muy cálido. Hay un par de mesas grandes, una en la entrada y otra al lado de las ventanas, y el resto son pequeñitas. Al fondo una antigua estufa preside la sala. Una planta de lúpulo que trepa por una de las vigas de madera le da ese toque personal al local. En el exterior hay algunos toneles a modo de mesas para tomarse algo al aire libre, pero no hay nadie debido al frío, tan solo un par de fumetas salen de vez en cuando. Mientras esperamos nos apostamos en la barra de mármol. Nos atiende enseguida Kurt Panneels, el propietario del pub. El hombre nos indica las cervezas que tiene hoy de barril en su pizarra. También nos saca una carta de las cervezas, pero nuestra vista se dirige hacia un surtido de botellas que tiene dispuestas encima de una cómoda. "Estamos interesados en Bokke", le decimos. El hombre afirma con la cabeza y nos pide que elijamos la que queramos, hoy las que tiene disponibles son las que tiene a la vista. Nos decantamos por la Framboos Noyaux. No tarda en aparecer con la botella seleccionada y con su correspondiente cestita. Nos dice que no hay problema en que nos la tomemos en la barra. Mientras Kurt hace los honores una señora nos hace un ademán para que vayamos a sentarnos con ella, así que cogemos los bártulos y la cerveza y nos sentamos allí. Bajo la mesa está sentada su perra, una pastor alemán preciosa y muy dócil.


La señora es una antuerpiense empedernida que nos da agradable conversación. Nos habla acerca de su ciudad natal y ejerce de embajadora con gran elegancia. La verdad es que nos la vende muy bien, nos entran muchas ganas de ir a visitarla, lástima que en este viaje no pueda ser. También nos ofrece algo de queso. Entre el calorcito, la Framboos y la cálida conversación de esa mujer nos sentimos como en casa. Al cabo de un rato se sienta con nosotros su pareja, que resulta ser Yves Panneels, el hermano del propietario.

Yves nos explica la historia del local. Nos cuenta que la iglesia de Eizeringen se construyó en 1841, y la cervecería en 1842 "...los feligreses tenían sus necesidades al salir de misa, así que no tardaron mucho en construirla". Nos reímos. Le preguntamos acerca de la peculiaridad de que solo abran los domingos ¿qué deben hacer el resto de la semana? Yves nos explica que Marguerite, su antigua propietaria, lo hacía así. Kurt además es jardinero, así que es la manera de que pueda compaginar los dos trabajos. No obstante, añade, también están dispuestos a abrir entre semana para grupos privados.

Pasa la tarde de manera agradable acompañados de la conversación de Yves y su pareja. Mientras conversamos voy escudriñando -por mera curiosidad- el resto de la carta. Básicamente Lambics y producto local. En uno de mis viajes a la barra le pregunto a Kurt acerca de su selección birruna.

"Nos gusta trabajar con producto local, es la manera de preservar la tradición y de apoyar a las cerveceras de la zona, valoramos mucho nuestro patrimonio cervecero". Le recuerdo que hace unos años las cervezas Lambic estuvieron a punto de desaparecer y le pregunto si siente que su trabajo ha tenido algo que ver en el hecho de que se hayan mantenido. "Sí, en efecto. Ahora hay mucha más gente que bebe cerveza Lambic. Hace veinte años las Lambic solo las bebía la gente mayor, ahora el rango de edad del consumidor habitual ronda entre los 30-50 años, la verdad es que todo ha cambiado mucho". También le pregunto acerca de cómo un pequeño local de Eizeringen se convierte en la mejor cervecería del mundo durante cinco años consecutivos. "Bien, no lo sé. Supongo que hacemos bien nuestro trabajo. Nos mantenemos fieles a la tradición. Nos centramos en las cervezas Lambic tradicionales y las servimos de la manera auténtica. Tenemos muchas Lambics sin mezclar y las servimos directamente del barril, que mantenemos en nuestra bodega en las condiciones adecuadas, aunque la mayor parte de las cervezas que servimos aquí son en botella. No tenemos intención alguna de instalar ningún tirador". Kurt es propietario del negocio desde el 1 de enero de 2000. La verdad es que la carta es asombrosa. Pero lo que personalmente me llama más la atención es que es el único sitio donde podemos encontrar Bokke, que según Untappd, es una de las mejores cerveceras del mundo. "La producción de Bokke es realmente muy limitada. Nosotros hemos estado apoyando a Bokke incluso antes de que Raf se convirtiese en un cervecero profesional" me comenta Yves. Trabajan básicamente con producto de Pajottenland, no exclusivamente, pero sí de manera principal. Allí podemos encontrar practicamente todas las Oude Gueuze, Kriek, Framboos y Faro de las principales gueuzeries de la zona, y de diferentes añadas. Los megablends de la HORAL hasta el año 2009. Si alguien no es muy amigo de los vinagres tienen una gran selección de cervezas trapenses, con las Westvleteren a tan solo 9€. Una selección excelente de De Struisse, con diferentes añadas de la Pannepot y la Black Damnation. A destacar también su selección de Alvinne y Rodenbach. Para contentar a esos herejes enemigos de la cerveza también cuentan con vinos, refrescos y cafés.


Conforme avanzaba la tarde nos iba entrando la gazuza. Era hora de merendar, así que le echamos un ojo a la carta de viandas que tenían disponibles. Pedimos la tabla de queso a la cerveza gueuze y el paté a la Oude Kriek de 3 Fonteinen, que venía acompañado de unas rebanadas de pan para untar. Estaba todo increíble. También observo en la carta que cuentan con merchandising del pub: camisetas, gorras y vasos básicamente. Acabamos comprándonos unos vasicos para gueuzes de recuerdo. Yves y su pareja se despiden de nosotros. Hacemos lo propio e invitamos a otra pareja a que se siente en nuestra mesa. El local se mantiene lleno toda la tarde, aunque a partir de las cinco y media ya empieza a quedar alguna mesa libre. Nosotros finalmente nos fuimos sobre las 18:15, cuando la cosa estaba bastante tranquila, supongo que conforme se acerca la hora del cierre aquello se va vaciando. Nos despedimos de Kurt y su familia y les damos las gracias por todo, ha sido una experiencia increíble. Desde aquí les quiero mandar un abrazo enorme y desearles que puedan abrir de nuevo lo antes posible. Con gran orgullo me dispongo a colocar su correspondiente pin en nuestro Mapa Birruno.

Balance de daños:

-Bokke - Framboos - Noyaux 2018. Se trata de una Lambic de dos años con frambuesas frescas locales, vainilla de Madagascar y Tahití y huesos de albaricoque. Impresionante. Pura frambuesa, con mucho carácter y con el punto de la vainilla de fondo. Excelente. Durante estos días publicaré su ficha individual con más detalle. 6,0%.

-Bokke - Pjassel 2018. Se trata de un blend de Lambics de 1, 2 y 3 años con melocotón rojo de viña. Exquisita. Con todo ese sabor salvaje de las Lambic y el punto marcado de los melocotones. De lagrimita. Haré lo propio con su ficha individual. 6,0%.

In De Verzekering Tegen De Grote Dorst             Frans Baetensstraat 45, Eizeringen (Bélgica)             www.dorst.be             mail@dorst.be         +32  2  532  58  58

6 comentarios:

  1. Que envidia! Lo que no se es como has podido resistirte a bromear con lo de Pajottenland

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    1. Jajajajajajaja cómo me conoces. Me he tenido que morder la lengua, no te vayas tú a creer, que el tema da mucho juego XDXDXD

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  2. Suscribo totalmente lo que dices. Es un garito muy acogedor con gente encantadora y birrotes épicos.

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    1. Muy buenas cervezas, muy buena gente y muy buen ambiente. ¡Un saludo!

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  3. entradas como esta son el motivo de que le lleve leyendo durante años. con muchas ganas de volver a belgica tras leer esta magnifica entrada. congrats

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    1. Comentarios como el suyo son los que me animan a continuar divulgando todas mis andanzas birrunas. Muchas gracias por seguirme. Un abrazo.

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