No me quedó muy buen sabor de boca tras probar su Rosetta y decidí ir a lo seguro y comprar una de sus cervezas mejor clasificadas en las webs de rating. También me quedaba la espinita que en la vez anterior se trataba de una colaboración, así que quería probar su trabajo en solitario. La elegida fue la Three Philosophers, un blend de Belgian Quadrupel con cerveza Kriek. Tuve a mi alcance la versión envejecida en barrica de bourbon (que no era disparatadamente más cara que ésta) pero finalmente me decanté por la versión original.
La sirvo en copa TeKu, presentando un color entre caramelo y pardo. La carbonatación es muy abundante. Sin complicaciones podemos generar una capa muy gruesa de espuma de color beis, cremosa, compacta y muy persistente. En nariz es una cerveza básicamente maltosa, sin más. En boca es una rica cerveza Abt, golosa, muy maltosa, no excesivamente dulce, y para la graduación que tiene (9,9%) pasa demasiado bien. Con cuerpo, pero se bebe con relativa facilidad. Aparecen notas de ciruelas e higos secos y la parte que más me hacía temer era la de las cerezas, máxime teniendo el precedente de la Rosetta. Afortunadamente no lleva la sangre al río. El sabor de las cerezas es bastante sutil, dulce y agradable. Muy alejado de aquel siropazo que nos bebimos en su día y que nos arruinó la cerveza. La fruta puesta con cabeza, aportando más riqueza al conjunto, aunque siempre con la sensación de que cualquier Quadrupel belga se la funde sin piedad. Como curiosidad está bien, es una cerveza muy rica y disfrutable. Ahora bien, si lo que quieres es disfrutar de una cerveza Abt excelsa a muy buen precio, pues te recomendaría la St. Bernardus 12. Me tira muy para atrás una cerveza de este estilo en formato lata. Me sobra la lata de 47,3cl, con una de 33cl ya nos quedábamos bien. Yo me la he fundido sin problemas, pero lo dicho, con la de 33 ya nos quedábamos como unos señores y con el bolsillo menos mermado. Me costó 9,49€. No creo que repita con los de Cooperstown.
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