18 de octubre de 2022

FiftyFifty - Eclipse Salted Caramel

Pues nada, ya que el lunes había comenzado con alegría, el martes no iba a ser menos.

Se hizo de rogar, me la regaló mi suegra por mi santo en diciembre del año pasado y ha estado en la despensilla criando telarañas tan ricamente. Por fin encontramos el momento perfecto para abrirla, aprovechando la visita de unos amigos para cenar. Una de las grandes cerveceras norteamericanas a las que tenía ganas de tachar de mi lista personal: FiftyFifty.

Y no la hemos tachado de la lista precisamente con cualquier mierda de su catálogo, no. Nos hemos ido directamente a por su buque insignia: Eclipse. De su impecable Imperial Stout existen numerosísimas versiones, y de todas las que tenían disponibles, mi querida Socorrito fue a elegir la Salted Caramel, elaborada en 2019, con la adición de caramelo salado y envejecida durante un mínimo de 6 meses en barrica de bourbon. Cómo me conoce Maria Socors.

Pues nada, vete a por dos copas que la peña quiere postre. Previo al deschape procedo a retirar la cera que cubre el cuello de la botella, puramente ornamental. Me cago en todo el estado de California y parte de Nevada al comprobar que la chapa viene sin dibujo. La sirvo en la copa de Spiegelau para cervezas barrel aged, el resto lo sirvo en una parecida a una copa snifter, con la gracia y salero que me caracterizan al escanciar petróleos. No hay nada que me de más rabia que una Stout sin una buena dosis de cremosa espuma. Cae grácilmente mostrando un aspecto oleoso, color azabache y una opacidad total. La carbonatación es muy abundante y logro sacarle una copiosa capa de espuma compacta, cremosísima y persistente de color beis. Procedo a acercar la tocha cual AVE a la estación de Atocha.

En nariz destaca el intenso aroma a chocolate. Parece como si el puto Willy Wonka estuviese dentro. En boca es una cerveza con muchísimo cuerpo, así que vamos a tomárnosla con muchísima calma. El alcohol está demasiado bien integrado (11,0%) y carece de esa sensación licorosa que nos calienta la garganta. Destaca el sabor a chocolate negro. Mucho caramelo, muy evidente pero sin resultar empachoso en ningún momento, en su justa medida. El punto salino, más que parecer una ahogadilla en la Malvarrosa lo que hace es realzar el sabor del café y del chocolate, que son de absoluta locura. Nos asalta la duda del tongo al no aparecer el bourbon, pero, ¡Ay, hombres de poca fe! A la que se calienta el asunto la cosa cambia considerablemente, menguando el sabor a pastelería y incrementándose el rollo licoreta. El sabor a bourbon acaba siendo más que evidente, sin llegar al cubatazo. Aquí hay mucha mano y buen hacer por parte del maestro cervecero. Un trabajo muy fino, y sin duda una de las mejores Imperial Pastry Stouts que he probado nunca. Chapeau nanos. La maridamos con un brazo de gitano de chocolate que trajeron mis invitados y casó divina, pero sola la cosa hubiera funcionado fetén de todos modos. Botellaza de 50cl.

2 comentarios:

  1. Nano la suegra te tiene que querer mucho porque barata no es...

    Saludos del norte,

    The North Remembers

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    1. Un potosí. Se debió dejar una buena pasta

      Saludos transebraicos

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