¡Que suenen las campanas! No todos los días uno se topa con una Eisbock (que no sea la archiconocida Aventinus de Schnieuder Weisse), y muchísimo menos con una local. Milagrito.
Le debemos el mérito a la cervecera maresmenca La Montnegre, con sede en Calella. Ejemplares nacionales de este estilo no me constan, así que ole sus huevos toreros. Han tenido mucho valor al arrancarse con un estilo tan poco común, máxime en un país con temperaturas tan cálidas. Lote de tan solo 216 botellas numeradas, la mía era la nº096.
La ilustración de la etiqueta es muy chula. No, no es una mofeta haciendo snow encima de una alcachofa. Se trata de un tejón deslizándose por la nieve subido en una flor de lúpulo. Para darle un rollomás sofisticado han lacrado las botellas. Me alegra que debajo del lacre venga una chapa con dibujo, los coleccionistas solemos agradecer este tipo de detalles. Cerveceras como FiftyFifty o Cycle, te cobran un pastizal por sus botellas para luego no tener ni una triste chapa de recuerdo. Punto a favor de La Montnegre.
Al turrón. La sirvo en copa TeKu, como veo que tras el impacto no aparece carbónico, me esmero escanciando para conseguir la finita capa de espuma que podéis apreciar en la instantánea, que no tarda en desaparecer. La cosa viene densita y oleosa, de color marrón oscuro. Asomo la napia. El aroma viene cargadico, se nota de manera evidente el alcohol, cosa que esperábamos. Aroma a melaza y ciruela pasa acaban de completar el registro olfativo. En boca es una cerveza contundente. A disfrutarla con calma, nano. Muy alcohólica (17,2%), nos deja una sensación licorosa por el gaznate. Cuenta con mucho cuerpo, resulta densita. Por la carga maltosa y la carga alcohólica, en ocasiones me recuerda (salvando las distancias) a un güisqui. La cosa se quedaría entre un güisqui y una Quadrupel. Muy dulzona, maltosa, sedosa, oleosa y acaramelada, con sabores que nos recuerdan a las uvas y ciruelas pasas. Un puntito tostado, la verdad es que bastante rica en matices. Me ha alegrado dar con ella, porque de este estilo solo tenía de referente la Aventinus (que me tiraba bastante para atrás), y con ésta le he empezado a pillar un poco el rollito a las Eisbocks, oye como experiencia incluso mejor que alguna Barley Wine que he probado. Muy rica. Botella de 33cl. Comprada en BeerStore de Barcelona.
Ahora vamos a abrir un melón. Cuando fui a la tienda en cuestión iba con mi lista hecha antes de entrar, esta cerveza no estaba en la lista porque no aparecía en su web, la pillé sin mirar qué precio tenía. Al ir a pagar fue cuando me di cuenta que el presupuesto que yo tenía no me cuadraba con lo que me habían cobrado. Fue entonces al llegar a casa cuando descubrí que costaba 14 pavos. Hay que tener en cuenta que es una cervecera muy pequeña, un lote muy limitado de 216 botellas, un estilo nada frecuente y la peculiaridad de éste, con todo lo que supone ir sacando agua congelada del mosto inicial a nivel de coste. Yo la he disfrutado muchísimo, ¿qué os parece a vosotros este tema?
Buenas preferible pagar 14 euros por algo especial que 14 por una lata de ipa . Eso si que es un robo
ResponderEliminarMaticemos. Que cada uno se gaste la pasta en lo que le dé la gana, dentro de su criterio y de sus posibilidades económicas, hasta ahí bien. Yo mismo me he gastado más dinero en alguna IPA que en esta Eisbock, por lo tanto, me parece correcto que alguien se pueda gastar en dinero en una cerveza de este estilo, faltaría más.
EliminarAhora bien, que como hay latas de IPA de importación que te las cobran a 15 pavos, yo me subo al carro y te chuflo mi Eisbock a 14 sin justificación alguna, solo porque algún freaky la pagará... pues ahí ya no estoy de acuerdo. La última Eisbock que compré me costó 6€ y pico, también era artesanal, era de importación (Polonia) y llevaba adición de cerezas. ¿Cómo me justifica una cervecera local que la suya cueste más del doble?
Saludos
Soy Santi Triviño, uno de los socios de La Montnegre en el tiempo que hicimos esta cerveza. Primero de todo, gracias por los comentarios. Me alegra que te haya gustado. No se si sabes que esta cerveza es una evolución de nuestra doppelbock, la Atorrentada. Esa cerveza la tuvimos que congelar dos veces para ganar densidad. El gasto de energía y la pérdida de mosto del torno del 66% hace que el coste sea elevado. Recuerdo que congelamos 240 litros de un lote de doppelbock y obtuvimos 80 de eisbock. Si a eso le sumas los gastos de transporte, etiquetaje, sellado, comisión del distribuidor y comisión del tendero ahí te justifico el precio. Por otro lado, cada año hay un aumento de un euro. Eso es debido a que hacemos una guarda anual y cada Navidad sacamos 50 botellas para no saturar. La guarda tiene un coste y de alguna manera la tenemos que sufragar.
EliminarMuchas gracias por tu aclaración Santi. Un saludo.
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