Vamos a comenzar la semana a tutti de cerveza alemana. Tras nuestra última visita al Beerstore de Barcelona, pudimos hacernos con un buen cargamento de birra teutona para montarnos un buen Oktoberfest casero, así que os esperan unos días de birra germana por un tubo.
Pegamos el pistoletazo de salida con Spaten, una de las únicas seis cerveceras oficiales del Oktoberfest. En numerosísimas ocasiones hemos orinado su Helles (que por cierto, me percato de que aún no la he reseñado) pero nunca habíamos catado su Festbier, cerveza de la que tenía muy buenas referencias. Aprovecho también para aclarar que las Festbier y las Märzen son estilos diferentes.
Abro la botella de Oktoberfestbier y la escancio con alegría y soltura mientras mi mujer me lanza un pretzel a modo de frisbee, lo muerdo al vuelo y mis tres hijos bailan al corrillo ataviados con el clásico traje tirolés. Luce brillante, dorada, límpida y resplandeciente en mijarra de hoyuelos, con una inmaculada capa de espuma blanca, cremosa y compacta ultrapersistente. En nariz podemos disfrutar del aroma del cereal, que nos recuerda al pan.
En boca es una cerveza muy bebestible, muy crispy, invita a darle con alegría. El sabor a cereal es limpio, nítido, muy rico, un puntito dulce, con notas ligeras de miel. Aparece también un toque muy sutil de lúpulo que aporta un sabor floral muy rico, notas herbáceas tenues y un amargor final notable. 5,9%. Riquísima. Joder, si se la toma Woody Allen le entran ganas de invadir Polonia. Me costó 2,00€. Botella de 50cl.
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