Este verano ha sido un tanto raruno. Tanto por motivos laborales como de salud, no hemos podido salir mucho. No obstante, la última semana de agosto pudimos realizar una pequeña escapadita a Euskadi, que dio para realizar varias visitas birrunas a alguna de las cervecerías a las que le tenía ganas.
Además del delirio y el síndrome de Stendhal que me supone visitar cervecerías nuevas, también hubo momentos para visitar el Eroski de turno (hay que nutrir a la familia) y llevarme algún ejemplar del craft local, como la cerveza que nos atañe hoy.
Segunda entrada de Boga en el blog. De nombre Lorea, se trata de una American India Pale Ale elaborada con maltas Extra Pale Ale y centeno, y los lúpulos Simcoe, Mosaic, Cascade, Warrior, Citra y Magnum. Con tanta variedad de lúpulo me ha venido a la mente aquellas estrafalarias Mikkellers de los inicios donde le echaban 19 lúpulos diferentes. Qué cosas.
La sirvo en la copa disponible en la cocina del piso que alquilamos. Presenta un color dorado, acaramelado (12 EBC) . Muy carbonatada (a la vista está) con una copiosa corona de espuma cremosa, compacta y persistente de color blanco. En nariz puedo apreciar aromas herbáceos y resinosos, que me recuerdan al pino. En boca es una cerveza con cuerpo, sabrosa, donde predominan los sabores herbáceos, resinosos y con un final bastante amargo (50 IBU). No he encontrado notas cítricas ni tropicales que podría esperar del Mosaic, el Citra y el Simcoe. Más bien tiende todo al Cascade, el Warrior y el Magnum. También hay que decir que teniendo en cuenta que la compré en un supermercado, sin refrigerar, y vaya usted a saber en qué condiciones estuvo almacenada, pues como que me puedo dar con un cantito en los dientes. 6,0%. Botella de 33cl. Creo que me costó poco más de dos pavetes.
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