Este verano, en una de mis rutas por el LIDL -sí, a parte de darle al drinking hay que comer- me topé con dos ejemplares de Steam Brew: una Bock que ya reseñé este verano, y que por cierto, me sorprendió en positivo, y la Imperial Stout que reseñamos hoy.
La verdad es que no tenía demasiadas expectativas en ambas, por 60 y pico céntimos que costaba cada lata de medio litraco ya os podéis imaginar que no nos iban a dar Dark Lord, eso está claro.
Abro la lata y la sirvo en su correspondiente vaso. El color es negro, con algún destello rojizo. La carbonatación es abundante, y genera una tupida capa de espuma cremosa y persistente de color beis. Al olfato caramelo, cereal y poco café. En boca es dulce, maltosa y poco amarga. La sensación es bastante aguada. Del alcohol ni rastro pese a su 9,5%. Me ha dado la sensación que me estaba bebiendo una Lager mezclada con una Stout. Poco café y poco tueste. Muy raro todo, aquí hay algo que no cuadra. En fin, por el precio que tenía tampoco esperaba ninguna maravilla.
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