Continuamos el año con mandanga belga. Ésta en concreto me la ha regalado mi amiga Judith, que estuvo este verano de viaje por Bélgica y la mujer es tan amable que siempre se acuerda de un servidor y allá donde va me trae una birra. ¡Muchas gracias Judith!
La cerveza en cuestión es la Omer, un clásico belga. Se trata de una Belgian Strong Ale de 8,0%, que la convierten en un pelotazo total. La cerveza se refermenta en botella.
De color dorado y muy carbonatada. La espuma es muy abundante, persistente y decolor blanco. Hay que servirla con mucho cuidado porque tiene muchísimo poso y partículas en suspensión. En boca es maltosa, dulzona, azucarada, pero dentro de lo soportable. Obviamente es alcohólica y la verdad es que se sube bastante. Se nota el punto de la levadura belga que le aporta ese sabor característico. El final es bastante suave, a mí particularmente me hubiese gustado un pelín más seca. A los amantes de los pelotazos belgas os va a encantar.
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