1 de septiembre de 2022

Papillon - Ferrol


Y no podíamos pasarnos una semana teniendo nuestro campamento base vacacional en Ferrol sin pasarnos por su mejor cervecería: Papillon.

Nuestra estancia en Galicia fue un no parar. Hay tanto por ver y por descubrir que tuvimos que centrarnos solo en el norte, y aún así no pudimos ver todo lo que nos hubiera gustado. Ya íbamos con la idea de dejar Vigo y Rías Baixas para otro año, pero tras la primera toma de contacto nos hemos percatado que todavía da para muchas más visitas. No nos quejemos, el viaje dio bastante de sí, máxime cuando se viaja con tres críos y vamos todos a un ritmo palmero, muuuyyyyy relajado. Con esa tranquilidad nos planteamos la visita a la cervecería de hoy. A diferencia de otras ocasiones, no nos dio un ataque de ansiedad nada más llegar a Ferrol. Como teníamos la cervecería prácticamente debajo del piso que alquilamos, planteamos nuestras vacaciones con muchísima calma, a sabiendas que, tarde o temprano, acabaríamos realizando la visita en cuestión.

Tras un día de playa nos plantamos allí media hora después de su apertura. Aún habiendo llegado temprano nos encontramos con la terraza a reventar, cosa que ya nos da bastante información acerca del éxito del negocio. Nos apetecía estar fuera al aire fresco, pero tuvimos que con conformarnos con una mesa del interior.

Tras la barra nos atiende Pablo Cabrera. Amablemente Pablo nos recibe y nos explica la historia de la cervecería, fundada en 1998 y con un dilatado recorrido. Pablo y su hermano Jorge abrieron la cervecería Caneca Furada en A Coruña en 2016, y en 2019 se les planteó la oferta de coger el relevo del Papillon. Su anterior dueño y fundador, el carismático Alberto Couce, falleció de manera inesperada ese año, así que a los hermanos Cabrera les pareció interesante el reto de mantener en activo un negocio tan emblemático en la ciudad ferrolana.

Actualmente cuentan con ocho tiradores rotatorios y un neverote bastante interesante. La selección en barril es bastante amplia, y siempre podremos encontrar una International Pale Lager, una Weizen, una IPA, alguna Sour, alguna lindeza belga y alguna (o varias) Stout. Vamos, que tienen cervezas para todos los gustos.

Por su nevera han pasado cervezas de Wicked Weed, Founders, Flying Dog, Pinta, Pohjala, Einstök, Crew Republic, Omnipollo, Prizm, Birra del Borgo, CR/AK, Galway Bay, Nova Runda, Schneider, Weihenstephaner, Erdinger, Augustiner, Hofbrau, Chimay, St. Bernardus, La Trappe o Cantillon. A nivel nacional por sus neveras han pasado cervezas de La Grúa, Caleya, La Quince, Engorile, Naparbier, Sesma, Dougall's, Gross o Guineu, por citar algunos ejemplos.

Cuenta con una amplia terraza en el exterior, ubicada en una calle peatonal, lo que la hace muy tranquila y agradable para disfrutar de unas cervezas. El interior es espacioso y cuenta con gran cantidad de mesas. Está decorado en madera tallada, con estética de pub irlandés. La luz tenue aporta calidez. Las paredes las han revestido con etiquetas de latas de cerveza y con chapas y banderas de propaganda de conocidas cerveceras. La barra es muy grande, y aunque los ocho tiradores ocupan una buena parte de ella, nos queda aún un amplio espacio para apostarnos y establecer buena conversación birruna con el personal. Nosotros nos apostamos en una mesa junto a la ventana. La amable camarera nos trajo un plato de olivas muy ricas para acompañar la cerveza que me pedí, y a los niños les trajo unos juegos de mesa para que estuvieran entretenidos. Nos hubiera encantado quedarnos más rato y hacer un buen destrozo en su nevera, pero las vicisitudes del viaje propiciaron que nuestra estancia fuese más bien corta. No obstante, el rato que pasamos fue muy agradable y el servicio estupendo, así que esperamos volver pronto. De momento, les colocamos su correspondiente pin en nuestro Mapa Birruno.

Balance de daños:

-Pinta - Chill Room. Lamentablemente nuestra estancia en el Papillon fue más corta de lo que me hubiera gustado, así que tan solo dio para una birra. Ahora bien, la birra que me chuflé fue en formato yonkilata. 50cl de New England Double India Pale Ale que disfruté como un enano. Máxime cuando me había pegado previamente tres días tomando solo manzanilla.

Pinta fue en su día mi primera toma de contacto con el panorama craft polaco, y aún recuerdo aquella Wit con curaçao que me sacó los lagrimones. Luego intenté comprarla otra vez, pero no hubo éxito. Veo que los de Wieprz se han pasado casi por completo al lúpulo, y en esta ocasión nos han preparado una NEDIPA elaborada con malta de cebada Pilsner, trigo y avena y el blend de lúpulos Cryo Pop con Galaxy y el experimental HBC-586, a razón de 25 gramos de lúpulo por litro de cerveza.

Les ha quedado una cerveza muy turbia y con mucho cuerpecito, un zumazo de lúpulo en toda regla. Muy sedosa, y con sabores que nos recuerdan al mango, la piña y la mandarina. Muy rica. 7,5%. Justo en el límite entre la NEIPA y la NEDIPA. Para mí es una NEIPA, pero veo con frecuencia que los cerveceros suelen utilizar el Double con bastante alegríaa la hora de etiquetar sus productos.

Papillon                Rúa Magdalena 124, Ferrol (A Coruña)

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