Y entre las millones de elaboraciones distintas de Mikkeller, creo que mi cerebro empezó a hacer una sana criba, para descartar el 99% de su producción, que a día de hoy me la trae al pairo, y centrarme en ese 1% de cosas que por un motivo u otro llegan a llamar mi atención.
Una de esas elaboraciones que se vino para casita fue la lata de medio litraco de Sally! O Sally! una cerveza Kölsch auténtica. Maticemos. Kölsch es un estilo de cerveza de alta fermentación protegido por una denominación de origen. En no pocas ocasiones he visto cervezas elaboradas en España con la palabra Kölsch bien grande, con dos cojones. Bien ¿y cómo se la han arreglado unos daneses para realizar una Kölsch auténtica? Pues sencillo, al igual que hicieron en su día para embotellar cervezas bajo el nombre de Lambic, en esta ocasión se han ido hasta la ciudad de Colonia para realizar una cerveza del citado estilo en las instalaciones de Gaffel. Me queda la duda si han cogido la Gaffel ordinaria y directamente la han enlatado como Mikkeller o si al menos han tenido la decencia de currarse una receta propia.
Pues nada, al lío. A falta de vasos del estilo la sirvo en uno que más o menos podría asemejarse. Cuando consiga tirar todos los vasos de ferias cerveceras que tengo al contenedor verde y haga hueco para cristalería útil quizás me compre uno para birras de este estilo. Presenta un límpido color dorado, sin impurezas. La carbonatación es bastante abundante y considerablemente persistente, aunque la instantánea indique todo lo contrario. En nariz podemos disfrutar de tenues notas afrutadas y del aroma a malta de cebada. En boca es una cerveza muy ligera, de trago fácil, muy crispy y con el sabor de la malta como protagonista. Tiene alguna notita suave afrutada y un final amargo bastante notable, aunque nada excesivo. Comprada refrigerada en la General de Begudes de Valldoreix. Lata de 50cl. No recuerdo lo que me costó.
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