2 de noviembre de 2022

Bar Torpedo - Barcelona

 

Muy a mi pesar, cada vez salgo menos, pero cuando lo hago, salgo bastante preparado y con los deberes hechos. Suelo pasar varios cedazos birrunos para que en el objetivo en cuestión nos puedan complacer a mi familia y a mi. Sí, destácese ese matiz. Hemos pasado de birreo con los colegas los jueves por la noche a birreo con parienta y prole los dominguitos al mediodía. La vida es así de maravillosa. Es apasionante que tu hijo menor enceste sus muñecos Superthings en tu vaso de pinta de 6 leiros. Continuemos. El caso es que cuando ponemos un pie en la calle salimos con la absoluta certeza que vamos a comer todos de puta madre, progenitores y churumbeles. Y para hilar más fino, el objetivo en cuestión debe tener una mínima oferta de cerveza artesanal. Al final esto es como el juego del "¿Quién es quién?", y cada vez que vas pasando un filtro las fichas van cayendo a un ritmo demoledor. En nuestra última partida a este juego, la última ficha en quedar en pie fue la del Bar Torpedo, ubicado en el chaflán de la calle Aribau con Córcega, en pleno beerxample de Barcelona.

Me informo al respecto. Es un bar de bocatas que ha abierto el chef Rafa Peña junto con Biel Gavaldà y Juanlu Pérez. Para los que seáis foodies de pro  seguramente sabréis quienes son, pero, para ser honesto, personalmente no tengo ni puta idea, no me voy a tirarme el pisto de que soy un asiduo del Gresca porque no sé ni donde está.

A lo que vamos. La carta tiene muy buena pinta -birruno's children approved- y la nevera cervecera es bastante notable. Porque sí, hijos míos. Porque no hace falta tener 40 grifos de cerveza artesana ni 200 referencias en nevera para tener una selección de putísima madre. Y en el Bar Torpedo tocan muy pocas teclas, pero las tocan muy bien. Con tan solo tres grifos y unas 10 referencias en nevera no necesitan nada más. Una lager, una Pale Ale y una IPA nacionales de tirador, unas botellitas de las Saisons de Cyclic, algún caprichito de 3 Fonteinen, birrotes de Barna-Brew enlatados y alguna joyaza de Brasserie de la Senne. Suficiente. ¿Para qué cojones quieres más? Y si encima barres para casa con cerveceras locales, ya lo acabas de petar.

Procedemos a la visita. La ventaja de ir en domingo es que se puede aparcar medio bien por la zona. Y por la patilla, añado. El local es chiquitico, con paredes en verde intensito. Al entrar, la barra nos queda a mano derecha, con sus tres grifitos rotatorios. En un espejo tienen escritos los nombres de las cervezas pinchadas en ese momento, así como los vinos naturales y espumosos que hay disponibles.

Amplios ventanales, mucha luz natural y decoración muy vintage. Poquitas -y pequeñas- mesas - y sofás de escay, que harían las delicias de los integrantes de los Mojinos Escozíos. El paso es angosto, y si logramos cruzar la sala, nos encontramos con un sorpresón: una máquina de Sega Rally con doble asiento para viciarse como perras. Echamos de menos que tengan la nevera a la vista para ver qué cervezas en botella o lata tienen disponibles.

Abren a la una del mediodía, y a los pocos minutos ya se pone a petar, así que conviene venir prontito. No es nuestro caso, que llegamos un cuarto de hora después de la subida de persiana, y nos encontramos con el interior completo. Nos toca ir derchitos a la terraza, entre unos blocarros de hormigón de color amarillo Colau style. Suerte que hace solecito y buen tiempo.

Tras pedir las primeras birras echamos un ojo a su carta. Cuentan con 10 tipos de bocadillos, tres tapas y un único postre. Tocan pocos palos pero los tocan bien. Su plato estrella es la hamburguesa de carne de vaca gallega, con pan abriochado, pepinillo y queso fundido. A destacar el bocadillo de albóndigas, el bikini de pastrami de lengua, el sándwich de ensaladilla rusa o el bocata de berenjena asada. Pintón.

No perdonamos las bravas, que son un auténtico escándalo. Fritura perfecta, picantitas, con un puntito de comino... lagrimón. Churumbel 2 se pone fino a base de croquetas de asado y pone mirada de Gremlin cabreao cada vez que alguna mano sobrevuela sus cestitas. Dejamos para otra ocasión el KFG (Kentucky Fried Guatlla). Churumbel 1 se pide la hamburguesa Patty Melt.

Churumbel 3 se pide el bocata de pollo frito, mi mujer el Soft Shell Crab (¿esos no eran los de "Tainted Love"?) de cangrejo rebozado con satay de cacahuetes y mayonesa japonesa, y para mí el bocata de panceta teriyaki con rúcula y calabacín marinado al curry. Todo delicioso, lástima que duren tan poco.

De postre únicamente cuentan con la crack pie neoyorquina, que según el staff del Bar Torpedo, es bastante adictiva. Como a la prole la tarta en cuestión no acaba de entrarles por los ojos, prescindimos de ella y preferimos dar un paseo por el ensanche para tomar un helado, no sin antes echarnos un viciarro al Sega Rally, que Churumbel 3 se ha encargado de recordarme insistentemente.

La experiencia en general muy buena. La camarera muy amable, aunque no tuvo el día. La pobre mujer estaba desbordada porque estaba sola atendiendo a todo el bar. Pero que en fin, es uno de esos sitios que se vuelve las veces que hagan falta para poner un check verde en todos los bocatas de la carta. Nos despedimos colocando su correspondiente pin en nuestro Mapa Birruno.

Balance de daños:

-Mapache - Pils. German Pilsner local de una cervecera barcelonesa. Los había visto en alguna otra cervecería de la ciudad, pero solo tienen una referencia: la Pilsner, y siempre de grifo. A día de hoy Mapache Brewing sigue siendo todo un misterio. Destaca el perfil maltoso. Muy bebestible, muy crispy, y con un final amarguito muy rico. 5,2%.

-Hopsters - IPA. Creo que es la segunda toma de contacto con la microcervecera de Besalú (Girona). La verdad es que esta IPA está muy lograda. Muy afrutadita y sabrosa, con gracia. Destacan los aromas y sabores a fruta de hueso, con un puntito cítrico y herbáceo muy refrescante. Ultrabebestible, duró cero coma. 5,8%.

-Brasserie de la Senne - Zinne Bir. Qué os voy a contar de Brasserie de la Senne. Una puta locura. Me ha costado la vida reencontrame con su Belgian Pale Ale, que perfectamente puede que haya pasado más de una década desde la última vez que la caté, así que no lo he dudado cuando la he visto en la carta. ¡Qué gran reencuentro! La he disfrutado al máximo. Os publico la ficha individual en pocos días. 5,8%.

Bar Torpedo                Aribau 143, Barcelona              bartorpedo.com              93    858   37   70

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