Continúo con cervezas europeas, con ésta sobran presentaciones, y además reconozco que es una de esas cervezas a las que tenía muchísimas ganas de echarle el guante.
Rubus of Rose, del proyecto paralelo de Mikkeller: Baghaven. Creo que a día de hoy es de lo poco de Mikkeller que me suscita algo de interés. Fíjate tú, con lo fan de Mikkeller que había sido yo en su día. Es una cerveza que la había tenido a tiro en numerosas ocasiones pero, la cerveza, ya de por sí muy cara, solo estaba disponible en formato 75cl, por lo que salía por un pico bastante guapo. Recientemente la he podido encontrar en formato 37,5cl y además con descuentillo, así que se vino pa la saca.
Se trata de una Wild Ale elaborada con frambuesas frescas y envejecida en barrica de roble durante 14 meses. Se trata del Blend número 2 (de los 3 que hay, de momento).
La sirvo en la copita que tengo en casa de Mikkeller. Luce un vistoso color rojizo. La carbonatación es abundante, de entrada sube mucha espuma, pero de poco persistencia, la verdad es que cuesta mantener el grosor de la capa para captarla con la cámara. Espuma blanca con tendencias rosáceas. Burbuja muy finita y chisporroteante. La retención del carbónico es bastante alta y disfrutamos de esa sensación picante en la lengua durante toda la cata.
En nariz podemos apreciar muchas cosas. La más evidente es toda esa cantidad de frutos del bosque, donde la frambuesa evidentemente encabeza el recital. También en nariz detectamos una notable presencia de nuestro amigo Brett Michaels, cantante de Poison, que nos indica que en boca vamos a tener una buena dosis de acidez, y que además viene acompañado de esos aromas a establo y cuerazo que suelen acompañarlo. Puntito de acetobácter para acabar de petarlo. En boca es un desfile de sabores. Intensísimo sabor a frambuesas, que además nos sugieren fresas, grosellas rojas y otros frutos del bosque. Quizás el color de la cerveza (o el nombre de ésta) me ha condicionado y la autosugestión me ha hecho encontrar rosas e incluso hibiscos. Acidez muy marcada, pero sin que la cosa se vaya de madre. También hay que decir que el dulzor de la fruta ayuda a compensar toda esta carga tan ácida. Mucho brett, mucho cuerazo y una buena dosis de madera. También un pelín de vinagrete para alegrar el día. Si no fuera porque vale una pasta podría servir perfectamente para aliñar una ensalada con lechuga, canónigos, tomates y granada. La ensalada quedaría de putísima madre, pero eso sí, te iba a doler en el alma (y en el bolsillo). Una joyaza en toda regla. Estoy impaciente por catar la versión con vainilla. 7,2% ultrabien integrados. Comprada en la General de Begudes de Valldoreix por 15,16€.
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