Los de Fontanilles (La Garrotxa) han elaborado en esta ocasión una cerveza pensada para el maridaje en el grupo de restaurantes Cuina Volcànica de esta comarca catalana.
Actualmente este grupo cuenta con 11 restaurantes, que apuestan por el producto más cercano, elaborado de forma totalmente artesanal, una forma de entender la gastronomía de una manera muy ligada a la tierra y al territorio.
Elaborada con alforfón (trigo sarraceno o soba japonés) copos de avena, maíz blanco y malta de cebada.
Al principio me temí lo peor, la botella perdía y pensé que se habría contaminado por la entrada de aire. Luego al destaparla salió toda la espuma en tromba, desparramándose por la mesa, y ahí ya di por hecho que estaba en mal estado. Una vez conseguí que bajara la gran cantidad de espuma y pude bebérmela comprobé que no estaba tan mal e incluso me gustó, así que supongo que en óptimas condiciones esta cerveza debe ser la leche.
Como podéis comprobar en la foto, de abundante espuma, color dorado y bastante clarita. De sabor suave y dulce, con bastante poso (a mí se me quedó encima de la espuma y parecía la canela de la leche merengada) un tanto cítrica y bastante amarga. De esta cervecera también me encantó la Komachi, especialmente elaborada para el maridaje con sushi que ya reseñé en su día.
Ultimamente me encuentro con un montón de cervezas con el mismo problema, exceso de carbonatación y espuma para una fiesta... No le encuentro explicación!
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