La reseña de hoy me causa muchísimo dolor, porque conozco a Joan y Manolo, los cerveceros de Catalan Brewery. Pero esto es lo que me he encontrado en la botella, y si estas dolorosas líneas sirven para que se busquen los fallos y se puedan solucionar de cara al futuro ya habremos ganado algo.
Los de Badalona sacaron unas New England IPAs brutales el verano pasado -que pude disfrutar tanto en su tap room como en lata- que me dejaron loquísimo. Y ésta se presumía que iba a ir por el mismo camino. La decepción ha sido monumental. Dudo muchísimo que algo así haya podido salir de fábrica. Máxime con unas instalaciones brutales, impolutas en cuanto a limpieza y con una cámara frigorífica acojonante.
Dejémonos de misterio. La cerveza se llama Sr. Coconut, se presenta en botella de 33cl y es de estilo Hazy IPA, con maltas Maris Otter, trigo, avena, lactosa y los lúpulos Citra, Amarillo y Simcoe. También lleva la adición de piña y coco. Hasta ahí pintaba todo muy bien, además la compré con muchísima ilusión, porque los había visto muy parados cuanto a novedades se refiere durante la pandemia y la salida de esta cerveza me produjo mucha alegría.
La sirvo en el típico vasito de feria cervecera local que suele andar criando polvo hasta que surge una ocasión como ésta. Lo cierto es que la he servido aquí solo porque el vaso tenía el logo de Catalan Brewery, no por otra cosa. No tenía ninguna intención de picarme un iceman pour, más bien me caracterizo por todo lo contrario pero... flop, flop, flop, al servirla aparecen cuatro burbujacas gordas y la gasificación se pierde en una abrir y cerrar de ojos. No obstante, pese a no generar espuma alguna mantiene cierta retención del carbónico. Me resulta algo muy extraño habiendo visto los fermentadores isobáricos de esta gente.
La cerveza presenta un color anaranjado pálido, con cierta turbidez, no del todo zumazo pero bueno. Encuentro algunas partículas en suspensión, y al no haber espuma no tiene un aspecto apetecible. En nariz la cosa empeora, acetaldehído. En boca lo cosa entra en barrena, con mucha acidez, hasta el punto que disimula el saborazo a sidra del acetaldehído y un amargor muy fuerte. En teoría era una cerveza con 1 IBU. Ni rastro de la piña, ni rastro del coco, ni rastro de los sabores del Citra o del Simcoe, que solo aportan amargor. Un auténtico desastre, que como ya he dicho, me causa muchísimo dolor. Acabó por el fregadero. Comprada online Super Sol de Gràcia por 2,55€. 5,0%.
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