14 de diciembre de 2021

Grava - Pals

Empordà. Qué será lo que tienes que nos das la vida y nos recargas las pilas. Aún con Tramuntana y mar picada, tienes algo que engancha. En esta ocasión te visitamos a finales de otoño, donde reina el sosiego y pasan lentas las tardes. No hay nada que hacer, no hay prisa por llegar, no hace falta ir a visitar, tan solo disfrutar y relajarse. Hace un día gris pero de brisa suave. Antes de volver a casa vamos a disfrutar de un ágape agradable.

No teníamos muy claro a dónde ir, pero después de disfrutar el día anterior en Funky Pizza, hemos estado mirando el resto de restaurantes del grupo Aeroclub Empordà y hay uno que nos ha enamorado a simple vista: Grava. Así que una vez acabamos nuestro tramo de camino de ronda, cogemos el coche desde Calella de Palafrugell y nos ponemos en marcha dirección a Pals. Tenemos que desviarnos un poquito de nuestra ruta -no demasiado- pero el trayecto no es muy largo y sí muy agradable. No tardamos en llegar a Pals, que ya hemos visitado otras veces, y que nos encanta. La fama la tiene Peratallada, pero a mí personalmente siempre me ha gustado más Pals. Hoy no vamos de turisteo, venimos en modo relax, así que nuestra visita va a centrarse únicamente en el ámbito gastronómico. Grava es un café restaurante con un patio grandioso, donde vamos a poder desayunar con café de especialidad, hidratarnos después de una ruta en bici, disfrutar de un vermú, tomar el brunch, quedarnos a comer si hace falta o incluso realizar clases de yoga. Pero no nos engañemos, a nosotros nos han enganchado sus cuatro grifazos de DosKiwis. Think global, drink local.

Llegamos a las 13:30 y aún quedan los últimos ciclistas que apuran sus cafés, aunque ya hay quien toma su vermú dominguero o disfruta de un buen Spritz. Nos ha gustado mucho su cálido comedor, pero como no hace frío decidimos disfrutar de su patio, así que nos acomodamos fuera. El patio es gigantesco y con un montón de rincones. Las mesas son numerosas y bien espaciadas. Quizás en verano esté más concurrido y haya que reservar con mucha antelación, pero al ser noviembre no hemos tenido ningún tipo de problema. El equipo es muy rápido de trato muy  agradable. Se agradece que conozcan bien el producto. La cocina está ubicada en el mismo patio. Es abierta, a modo de chiringuito, así que el pase de platos se realiza con rapidez. El ambiente es muy agradable, respirando aire fresco, rodeados de olivos y vegetación mediterránea, con el mobiliario en madera, algunos sofás para tumbarse a tomar el sol con un buen aperitivo, y unas buenas pérgolas para cuando aprieta el sol. Todo transcurre apaciblemente.

Entre sus grifos rotatorios cuentan con cuatro barriles de DosKiwis, que les llegan fresquísimos desde Rupià. Compran siempre el barril más fresco que acaba de salir del fermentador, así que encontraremos justo lo que acaben de sacar Judit y Michael de fábrica. En ocasiones cervezas nuevas, y en otras -como ha sido nuestro caso- algunos clásicos de la casa, siempre fresquísimos. En verano, donde tienen mucha más clientela, cuentan también con algunas cervezas más en formato lata, porque tienen mucha salida y las pueden vender siempre fresquísimas, pero en temporada baja se limitan a tener solo barriles. Más vale tener poco y fresco, que mucho y pasado. Es una buena filosofía. Yo voy a empezar con su Sunny Nelson, que es una cerveza que me encanta, creo que hoy va a ser la tercera o cuarta vez que me la pida, y la verdad es que no me canso. No hay nada como una buena dosis de lúpulo neozelandés para abrir boca. Mi mujer opta por el Spritz, que está muy bien hecho, con las cantidades justas, y eso que es una bebida que cuesta cogerle el punto.

Vamos a echarle uno ojo a su carta (aunque nosotros ya veníamos con los deberes hechos, después de fisgonear intensivamente su cuenta de Instagram). Para desayunar cuentan con croissants planchados con Nutella; bocadillos planchados de jamón y queso, jamón del país; sobrasada con cebolla caramelizada y brie; tostada de cinco cereales con aguacate, salmón y queso aromatizado al hinojo; bowl de yogur griego con fruta de temporada; pancakes; los clásicos croissants o pan con chocolate. No pueden faltar sus zumos naturales y su café de especialidad.

Para comer y cenar cuentan con patatas bravas, jamón ibérico, buñuelos de bacalao, ensalada del día, tarrina de foie micuit, Torta del Casar, lobster roll mar y montaña, tartar de atún Bluefin, steak tartar de vaca madurada ecológica, tacos, hamburguesa de vaca, pescado del día al horno, arroz del día o chuletón al horno. Si vais de noche también podéis pedir una fondue de queso con pan de pagès para compartir al amor de la lumbre.

En nuestra mesa no pueden faltar nunca unas buenas patatas bravas. Nuestros hijos se han vuelto unos auténticos yonkis, así que nos las reclaman allá donde vamos. Vienen con la salsa aparte por si alguién es muy sensible al picante. A nosotros nos gustan picantonas. Los progenitores nos daremos un homenaje con el lobster roll mar y montaña, de langosta y papada confitada con emulsión de encurtidos. Estaba espectacular.


Para continuar pedimos una hamburguesa para mis hijos. Normalmente la sirven con yema curada en Pedro Ximénez y soja, queso cheddar, rúcula y guarnición de chips de boniato, pero a mis hijos les gusta sola con pan y queso como mucho. Hay que respetar sus gustos. Los papis de la muchachada se pegaron el arrozaco de su vida con el mar y montaña de la casa. Arroz de Pals, con el punto socarraet, all i oli, longaniza, mejillones y sepia. De echar la lagrimita.


El broche de oro lo podemos poner con el cheesecake de queso azul, la Tatin con bola de helado, el carrot cake o los helados de chocolate, avellana o vainilla. Mis hijos se decantaron por el carrot cake y la Tatin. Yo me despedí con un grandioso café de especialidad de Etiopía, que me sirvieron rapidísimo para que no se me oxidara y poder así disfrutar de todos sus aromas y sabores. Un tanto cítrico y de intenso sabor. Maravilloso. Me dio ese punch de energía extra para el largo camino de regreso a casa. Ay Empordà, qué ganas tenemos de ti. Sin duda volveremos. Desde aquí queremos mandarles un fuerte abrazo al equipo de Grava, por su especial atención y amabilidad. Y, mientras contamos las semanas para regresar, queremos regalarles su merecidísimo pin en nuestro Mapa Birruno. Echadle un buen ojo que hay una ruta playerobirruna por l'Empordà muy pero que muy TOP.

Balance de daños:

-DosKiwis - Sunny Nelson. Una Hazy Pale Ale fina fina donde las haya. Muy crushable, con las notas cítricas y afrutada que nos da el Citra muy agradables, nada estridentes, y con el punto exótico del Rakau y el Nelson Sauvin y su inconfundible sabor. Me supo a gloria este reencuentro. Entró sola. 4,5%.

-DosKiwis - Major Leagues. Muy buena Hazy IPA de lúpulos americanos. Solo la había catado una vez en formato lata y el reencuentro ha sido brutal. Fresquísima, con notas cítricas y herbáceas que la hacen muy refrescante, y un puntito de fruta tropical que le acaban de dar un rollazo colosal. Con cuerpecito y de intenso sabor. 6,5%.

-DosKiwis - Summer Teeth. Repetimos con su Sour IPA que también catamos el día anterior en Funky Pizza de Palafrugell. Con cuerpecito pero muy bebestible. Hasta arriba de mango y maracuyá que balancean perfectamente ese puntito de acidez láctica. Entró sola. 6,0%

Grava               De la Font 7, Pals (Girona)              grupaeroclub.com/grava              676   146   941

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