Subo las escaleras del metro y emerjo en mitad del Paralelo, esa suerte de Brodway patrio que hace las veces de frontera con una
Barcelona más profunda, la del barrio del Poble Sec. Por inercia, me dejo llevar por la corriente humana, Paralelo abajo, pero el martilleo de las luces, el ruido de los coches y la marabunta de panaderías afranquiciadas, garitos de ramen regentados por chinos y supermercados 24h me resulta abrumador, así que intento evadirme lo antes posible de ese curso de trajín y bullicio para ir a parar a la calle Blai -a estas horas tranquila- y enfilar mis pasos hacia mi destino de hoy:
Le Sec. El
brewpub en cuestión lleva funcionando desde 2015, y tras
La Cervesera Artesana de Gràcia es el más longevo de la ciudad. Allí me esperan 7 grifos de cerveza fresquísima, hecha allí mismo. Emprendo el tramo final subiendo la Calle Margarit, y antes de llegar a la esquina de la mítica cervecería
Jazz doy con el lugar. 5 galardones de Ratebeer y una pegatina de "
Dona suport a la teva cervesera local" me confirman que he llegado a mi destino.
Tras la barra Anna Cufí, la propietaria del Le Sec. Anna es una auténtica veterana en el sector
craft. Su primera toma de contacto con la cerveza artesanal fue por aquel lejano 2006, concretamente con una Agullons, que le voló la cabeza. Aquella birra sellaría su destino y el de su entonces pareja, Kike Cacidedo. Tras un tiempo probando varias referencias
craft la pareja decide emprender su propio proyecto cervecero en Ibiza, que acaba resultando fallido. Durante aquella época, a través de Kike (que es de origen cántabro) prueban lass primeras
Dougall's que hacía Andrew en unafábrica muy pequeña y que ni siquiera llevaban etiqueta. Deciden ir a Liérganes a conocer a Andrew Dougall y acaban mundándose a Cantabria para echarle una mano con su proyecto, mientras compaginan el trabajo de cerveceros con en del sector audiovisual. En 2014, la pareja termina su relación y Anna decide volver a Barcelona. Una vez en la ciudad condal, Anna trabaja durante un tiempo en La Resistencia,
The Beer Shop y
BierCab. De hecho, mis primeras pintas, el día de la inauguración, me las sirvió ella. Durante los meses que trabaja con Manolo Baltasar va dándole vueltas a la idea de montar su propio
brewpub, proyecto que acaba fraguándose en 2015, y es allí donde da rienda suelta a sus dos pasiones: la cerveza y la música.
Entro en Le Sec, que, aparentemente parece de dimensiones reducidas. Cinco fermentadores presiden el espacio. La entrada es estrechita y queda comprendida entre la barra y una nevera repleta de género enlatado y embotellado. Todavía es pronto, pero ya hay varios parroquianos en su interior, así que intento hacerme paso entre la barra y los taburetes para llegar hasta Anna y pedirle las primeras birras. Al tratarse de un brewpub, obviamente tienen pinchadas sus propias cervezas, pero además, también disponen de algunas cerveceras invitadas, como Dougall's, Redneck o Caleya. Aquí hay amor por la tierruca. Al final de la sala vislumbro una pequeña escalera que conduce a un espacio inferior más ancho, y con sillas bajas y mesas para poder disfrutar de nuestras cervezas de manera más cómoda. La luz es cálida y la música muy rocanrolera. De hecho Le Sec se caracteriza por realizar juegos de palabras haciendo referencia a grupos musicales, para bautizar sus cervezas. Algunas obras de ingenio serían dignas de Masters of Naming: "Ale's Addiction", "Megaseth", "PJ Barley", "Queens of the Stout Age", "Porter For Pyros" o "Portershead".
No tarda en aparecer por la puerta mi amigo Bobjop. Como hace tiempo que no nos vemos, decidimos unánimemente ir a la sala de abajo, para poder disfrutar de la buena birra y la buena conversación. A Bobby le gusta más el jazz suave, pero hoy le va a tocar un repertorio de rock durito durito para deleite de un servidor. En la sala de abajo hay una puerta, donde -según me explica Ana- realizan la maceración y cocción del mosto. Para hacerlo llegar hasta los fermentadores lo bombean a través de un conducto. Anna es una mujer orquesta y lleva ella sola la barra, la cocina y la elaboración de cerveza, pero para esta última empresa recibe la ayuda de Marc (de Holz), que le hecha una mano. Evidentemente este tipo de berenjenales solo los puede realizar cuando el brewpub está cerrado al público, así que aunque haya días que Anna baje la persiana, ella muchas veces sigue dentro junto con Marc cocinando cervezas. La idea es servir la cerveza lo más fresca y Km 0 posible. Durante la pandemia, se vieron obligados a embotellar su producto para poder venderlo fuera del brewpub. Para ello, utilizan la fábrica de Dougall's, en Liérganes.
Pasa la tarde alegremente y Le Sec se va llenando de gente, tanto la sala de arriba como en la de abajo. Anna me explica que tienen un público de lo más variopinto. Durante estos ocho años de vida del
brewpub ha hecho una gran labor de birrangelización en el barrio, y ya cuenta con un buen números de fieles parroquianos. También reciben una buena dosis de guiris y
beergeeks de otras partes que visitan ocasionalmente el local, como es nuestro caso.
Desde que empezaron a embotellar parte de sus cervezas, las han ido colocando en numerosas tiendas y cervecerías del barrio, que antes no ofertaban cerveza artesana, que sirve para dar visibilidad al negocio entre los vecinos del Poble Sec. El hecho de vender su cerveza envasada, también le ha permitido llegar a otros puntos de España, de manera que gente de fuera de Barcelona haya podido poner al Le Sec en el mapa.
Ya llevamos varias cervezas y habrá que ir pensando en ingerir algo sólido si no queremos acabar peor que Ben Affleck en nochevieja. En Le Sec no tienen una gran cocina como para hornearte un cochinillo, pero sí un pequeño espacio donde Anna prepara tablas de embutidos y quesos, nachos con cochinita pibil, paté de cerveza, hummus de escalivada o ensalada de col.
Nosotros apostamos por los nachos con cochinita pibil, que estaban increíbles, y luego pasamos a la secallona y la selección de quesos de Cantabria. ¡Que viva la tierruca!
Disfrutamos de un rato placentero en Le Sec disfrutando de sus cervezas, su música y su ambiente agradable. La tarde nos cundió bastante y pudimos catar prácticamente todo lo que tenían pinchado. Esperamos volver a visitarlos muy pronto e ir ampliando nuestro conocimiento de todos los locales cerveceros que riegan de cerveza artesana el Poble Sec. De momento vamos a proceder a colocar el correspondiente pin en nuestro
Mapa Birruno a uno de los negocios con más trayectoria en la ciudad. Y también aprovechamos para mandarle un fuerte abrazo a Anna, que fue muy agradable con nosotros y que tuvo la amabilidad de responder a todas las consultas que le ido haciendo sobre el Le Sec. ¡Hasta la próxima!
Balance de daños:
-Le Sec - MötörRed. Comencé la tarde pidiéndome la Red Ale de la casa elaborada con los lúpulos Chinook y Cascade. acaramelada, con un punto tostadito y un final bastante amargo, como Rafael. 6,3%.
-Le Sec & Dougall's - Camarón de la IPA. La jornada continuó con la American IPA que han elaborado en colaboración con los de Liérganes, que también podéis encontrar embotellada en vuestras tiendas especializadas. Se trata de una IPA ligerita elaborada con lúpulos Nugget, Columbus, Yellow Sub, Amarillo y Mosaic. Muy cítrica y refrescante, ligera de trago, muy crispy y con notas herbáceas agradables. Entraba sola. 5,0%.
-Le Sec - Black Is Black. Black IPA elaborada con los lúpulos Chinook y Sterling. La verdad es que para ser una Cascadian Dark Ale no le encontré mucho protagonismo al lúpulo, y eso que elChinook es de esos lúpulos que se hacen notar. Sí encontré notas tostadas intensas y un puntito de regaliz. 6,3%.
-Le Sec - Stout By Me. Lo mejor de la noche hizo acto de aparición al final de la jornada birruna. Stout elaborada con los lúpulos Chinook y Sterling. Achocolatada, cafetosa, muy sabrosa y con una sensación en boca bestial. Riquísima. 7,2%.
Le Sec Margarit 52, Barcelona 93 461 88 75
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